XAGAR

Hitz Galduen Topagunea

¿Y el agua y la luz?

«Que nos empadronen en el coche»

Una pareja que vive en un vehículo pide la consideración de 'ciudadanos' para acceder a ayudas

Un vacío legal. Es el que se ha ocasionado en la vida de la pareja formada por Patxi Villar, donostiarra de 43 años, y su mujer Jasmine de Sousa, brasileña de 23. La pareja vive en el interior de su vehículo sobre el puerto de Hondarribia, cerca de las antenas de repetición y de los puestos de caza, «una zona tranquila», asegura.
Reivindican ser empadronados en el municipio de Zumaia, donde residieron durante seis meses en una casa cedida por el párroco, explica Patxi. «Llegamos a estar empadronados en esa vivienda y así se refleja en mi DNI pero actualmente no estamos en el padrón».
Al no tener su documentación en regla no pueden recibir la ayuda de los servicios sociales de la localidad ni realizar otros trámites administrativos. «Nos dicen que somos una laguna no contemplada en la ley. Si es así, que nos empadronen en el coche, que tiene sus seguros en regla y la ITV pasada».
Vuelta de Brasil
Hace tres años y medio Patxi y Jasmine volvieron de Brasil. «Nos fuimos allí porque mi mujer estaba embarazada y queríamos que la niña naciera en su país. Estábamos muy contentos porque ella había perdido dos embarazos anteriores. Pero la niña murió a los pocos días de nacer por una asepsia generalizada».
Al volver, Patxi inició un negocio de importación de ropa y artesanía de Brasil. Pero con la crisis tuvo que cerrar. «Vivimos en cuartos de alquiler en Oiartzun. Cuando la cosa fue a peor nos fuimos a Zumaia, donde vivimos una semana en la playa. Elegimos Zumaia porque podíamos mantener el contacto con San Sebastián pero a la vez nos mantenía fuera».
Con la idea de arreglar la situación, Patxi se puso en contacto con el párroco de Zumaia. «A través de Cáritas terminamos viviendo seis meses en una casa dependiente de la parroquia. Nos empadronamos allí, pero luego nos quitaron del padrón».
Los dos han pasado por momentos de depresión por la muerte de su hija, relata. «Especialmente duro ha sido para Jasmine. Ambos hemos sido tratados en Osakidetza. Además yo tengo reconocida una minusvalía del 48% por una enfermedad crónica del aparato digestivo. Es un problema autoinmune, una colitis ulcerosa, de la cual ahora estoy teniendo un brote».
Alumna destacada
Patxi trabajó seis meses como pintor para el programa Auzolan y cobra un subsidio, del que le quedan dos mensualidades. Aunque viven en el coche, Jasmine acude a diario a la Escuela para Adultos de Irún, «donde están encantados con ella. Dicen que es la alumna más destacada de las que han conocido». Patxi ha acudido a los talleres Gureak a pedir empleo, «pero me han dicho que las cosas están difíciles».
Intentan resolver sus problemas. «Ahora Jasmine se va tres o cuatro días a vivir a casa de una amiga porque su marido se ha ido a Londres. Bajamos a Zumaia a mirar los temas de internet o al médico. Hacemos la vida como podemos».
Al estar fuera del padrón, no pueden acudir a los servicios sociales ni solicitar la renta básica. «Me dieron de baja sin mi conocimiento y no puedo hacer ninguna tramitación», dice. «Mañana jueves me reúno con el alcalde de Zumaia y si las cosas no se solucionan, el viernes iniciaré una huelga de hambre junto a la Diputación».
Durante la última semana la pareja ha pedido auxilio a los servicios sociales de emergencia, en Donostia. «Estamos en situación de estrés por enfermedad y por mala alimentación. Puedo admitirlo todo, pero no el hecho de ser una laguna administrativa no contemplada por la ley».